martes, 14 de abril de 2009

Notas



AFILAR EL HACHA


Esta es la historia de un joven hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que decidió a hacer buen papel para conseguir el puesto.


El primer día se presentó al capataz, éste le dio un hacha y le designó una zona. El hachero entusiasmado salió al bosque a talar y en un solo día cortó 18 árboles.

-Te felicito, le dijo el capataz cuando regresó, sigue así y el puesto es tuyo.
Animado por esas palabras, decidió que al día siguiente podía mejorar su propio desempeño; así que esa noche se acostó bien temprano y a la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque.

A pesar de todo su esfuerzo, ese día no consiguió cortar más que 15 árboles.
-Ayer me debo haber cansado demasiado- pensó y decidió acostarse a la puesta del sol. Al amanecer se levantó y decidió batir su marca de 18 árboles del primer día.

Sin embargo ese día, con todo el esfuerzo del que fue capaz, no llego ni a la mitad. Al día siguiente fueron 7, luego 5 y el último día de la semana, estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo árbol.
Inquieto por temor a perder el trabajo, se acercó al capataz y cabizbajo le contó lo que le estaba pasando mientras juraba y perjuraba que estaba esforzándose al límite de desfallecer, pero aún así no podía lograr más.

El capataz le preguntó:
- ¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez?
- ¿Afilar el hacha? No tuve tiempo de afilarla! Estuve todo el tiempo ocupado cortando árboles!

¿Y vos?... ¿Mientras leías esta historia descubriste cuál es el hacha que no estás afilando?
Al igual que el hachero, cuántas veces estamos tan ocupados en lo que nos parece urgente, que le restamos tiempo a lo importante....!!!


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